Un caminante ha hecho llegar hasta este monasterio el eco de las palabras de un munícipe en las que, dicen, invocaba directamente a Dios como si cada mañana desayunara con el Altísimo churros con chocolate; y mentaba en ellas con más frecuencia aun al diablo encarnado en algunos sindicatos condenados, como Luzbel, por mantener su non serviam junto a la escudilla en la que otros roen en silencio los mendrugos que su mezquindad les procura.
Gran escándalo están provocando estas manifestaciones entre malditos y diablos -digo, sindicalistas y trabajadores- que reclaman, como algunos de nuestra Orden tantos siglos atrás, el libre examen y la libertad de conciencia, que ellos ahora dicen sindicalismo independiente frente al amarillo que vive a la sombra del poder, alimentándose con sus infames migajas.
Tienen, como todos los que sufren persecución por causa de la justicia, nuestra comprensión y nuestra simpatía. Deben saber además, aunque sean rojos, ácratas, ateos y no marquen el 0,7 para la Iglesia Católica en la Declaración de la Renta, que cuentan con la certeza de que «los hombres rendirán cuenta de toda palabra vana que hayan pronunciado» (Mat.12:36), porque «de la abundancia del corazón, habla la boca» (Mat. 12:34).
Vale.
1 Comment:
Permitirá su paternidad que una monja pecadora pase las puertas de su convento para expresar su completa adhesión a tan sabias palabras de tan santo hombre. Yo, que entre oración y penitencia, puede ver las patéticas declaraciones de tan bocazas concejal, me hacía cruces y recé más de veinte rosarios al ver que invocaba el nombre de Dios para justificar las muchas tropelías que comete día sí y día también, y que comete, de justicia es señalarlo, con especial saña contra aquellos más débiles. Ahora le ha dado por enjuiciar a los que todavía quieren salvaguardar el buen nombre de los empleados públicos, que ocupan como sabe su paternidad lo que en tiempos fuera convento de esta Orden. Mucho me temo que anda el concejal que presta su servicios en un colegio de hombres de Iglesia como su paternidad (¡cuánto demuestra esto lo pecadora que es nuestra Iglesia santa!) acumulando troncos y pez y brea para encender una hoguera en que quemar a quienes no besan su anillo ni lanzan pétalos al paso de soberbia magestad, que ya se codea con Dios Padre y lo yama de tú.
Oscuros tiempos para Dios si alguien como este concejal que se dice creyente y comulgante puede ponerlo en su boca para justificar sus barbaridades. Aunque Vd. que es sabio sabe que no es la primera vez que los hombres que comulgan perpetran la barbarie contra las personas en el nombre de Dios. ¿No será don Juan el espíritu reencarnado de fray Tomás de Torquemada?
LA HERMANA PECADORA
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