martes

LO CORRIENTE EN LA PLAZA 1º DE MAYO

Ayer, en una de las escasas salidas de mi apartado monasterio, observé atónito en la plaza Primero de Mayo que el armario de control de todo su alumbrado estaba abierto de par en par. Todos los elementos de maniobra estaban al aire y las bornas de conexión al alcance de cualquier niño que, atraído por las docenas de botones y etiquetas y la multitud de cables de colores, bien pudiera electrocutarse.

Ante la visión de este armario, doy gracias a Dios por evitar una tremenda desgracia, pese a que todas las facilidades están puestas para que ocurra. También porque la imagen que vi se me antoja como un trasunto de la Administración que la consiente: Si se pudieran ver sus entretelas y miserias con la misma claridad que los interruptores y cables del armario, no nos aterraría menos el peligro que guarda en su interior. Y además constataríamos que seguramente, como en el armario que abierto multiplica sus peligros y muestra sus vergüenzas, muchos de sus elementos de control y seguridad -en contra de toda ley- han sido consciente, sólida y meticulosamente puenteados.

Yo, por si acaso, me mantendría apartado. Y tampoco tocaría una farola.

Andad con Dios

0 Comments: